Por su versatilidad el porcelanato es un material perfecto para la cocina, el estudio o el baño.

 

Pero, ¿Qué es el porcelanato?
 

Es un producto cerámico que se suele usar como revestimiento para pisos y paredes.
 

“El porcelanato puede ser mate o brillante, rectificado en sus bordes y con una amplia variedad de acabados (madera, cemento, piedra, entre otros). Es un mito pensar que sea sólo brillante, pues su multiplicidad de líneas es infinita”, afirma Tatiana Pabón, gerente de negocio revestimientos Almacenes Corona.
 

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Tipos de porcelanato
 

Los tipos de porcelanato se derivan de su proceso productivo; puede ser técnico, una pieza única (monolítica) desde su superficie hasta su cuerpo; se puede pulir para dar un acabado brillante 100%, se puede lappar para dar un efecto visual brillo-mate o simplemente se puede mantener tal como sale de producción y su acabado es mate, explica la gerente.

 

Foto: Corona
 

Por otro lado, existen los porcelanatos esmaltados. Estos son aquellos que su diseño simula la piedra, la madera, el cemento u otro acabado, el cual se da a través de un esmalte en la parte superior de la pieza, entregándole al producto un realismo absoluto que simula a la naturaleza de manera muy cercana gracias a las nuevas tecnologías digitales.

 

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¿En qué partes del hogar está recomendado su uso?
 

De acuerdo con Tatiana, los porcelanatos dependiendo de su acabado, pueden llevarse a todos los espacios del hogar; los mates por supuesto son más versátiles pues pueden incluso aplicarse desde la cocina (allí no se recomiendan los pulidos), hasta las alcobas, en donde hoy empiezan a romper paradigmas subiendo a los espaldares de las camas y centros de entretenimiento para enmarcar y darle vida a estas paredes, en baños para dar un toque de elegancia y sofisticación.

 

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Cuidados generales
 

El mantenimiento de un porcelanato depende de su acabado; el más fácil de limpiar es el mate, pues sus cuidados son sencillos (agua, jabón, trapeador), así recuperan sus características iniciales; no se requieren ceras, ni aplicaciones de sellantes o aditivos especiales, en contraposición a los porcelanatos pulidos que requieren un proceso riguroso desde la misma instalación, como primer paso se debe retirar la capa proyectora que trae el producto para cuidar el brillo inicial del mismo, además periódicamente (cada año preferiblemente) debe hacerse un proceso de sellado, para cerrar los poros naturales de la superficie en pro de evitar manchas.

 

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