Si te gusta que tus espacios transmitan emociones debes saber que lo puedes lograr gracias a la unión de la ciencia y la arquitectura. Estas dos disciplinas juntas originaron lo que se conoce como neuroarquitectura.
 

Pero, en sí ¿qué es la neuroarquitectura?

“Es el estudio del comportamiento que genera en nosotros a nivel físico y cerebral el espacio construido que nos rodea. Es decir, qué clase de sensaciones nos genera el lugar donde nos encontramos”, explicó Marco Valencia, socio y director comercial de la multinacional AEI.

 

Por ende, cualquier espacio habitado por el ser humano genera alguna reacción.
 

Elementos claves
 

De acuerdo con el experto, si quieres generar en tu hogar ciertas emociones son varios los elementos que debes tener en cuenta. Acá te explicamos cuáles son.
 

Los techos
 

La altura de los techos en las viviendas influye mucho. Un espacio alto fomenta los procesos de ideas, mientras que uno bajo produce una reacción más analítica o introvertida.

“Por ejemplo, en una sala o un espacio social una doble altura o una altura grande nos va a permitir un momento mucho más activo en nuestras vidas y de pronto un cambio de alturas en la habitación nos va a invitar a un momento de recogimiento, privacidad y tranquilidad”, comentó Valencia.

 

La iluminación
 

Una iluminación correcta es clave, sin importar si se logra con luz natural o artificial. La clave está en que la iluminación no afecte el ritmo circadiano del ser humano.
 

Impacto de los colores
 

Otro punto a tener en cuenta son los colores. “Está comprobado desde los estudios en arquitectura de interiores que hay colores que generan diferentes reacciones. Por ejemplo: el color rojo invita a un tema social, a ser locuaz, a compartir; el color azul es frío, puede invitar más bien a un momento de paz, tranquilidad y recogimiento”, aseguró Valencia.
 

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Acceso a la naturaleza
 

La vista a elementos de la naturaleza o que nos acerquen a ella -como la madera o diferentes texturas- generan una reacción positiva, natural en los seres humanos.
 

Apreciación de profundidad
 

Sin bien puede que la vista al exterior sea importante, lo que realmente influye es el hecho de percibir profundidad. “Es decir, si tienes por ejemplo un edificio al frente de tu apartamento, desde que tú puedas por lo menos ver la profundidad -estimamos que puede ser alrededor de los 30 metros de profundidad-, el ser humano está ejercitando su capacidad de mirar a larga distancia, lo cual genera sensaciones positivas de bienestar”, explicó Valencia.
 

Forma de los ángulos, ¿rectos o curvos?
 

El experto explicó que los ángulos rectos generan sensaciones de ansiedad o estrés en las personas. Esto se debe a las puntas y filos que tienen, por ende, los percibimos como un poco agresivos. En cambio, las formas orgánicas producen tranquilidad.

“Esto no quiere decir que todos tengamos que hacer apartamentos orgánicos, pero se pueden hacer toques especiales al interior que te permitan tener ese equilibrio. Puedes tener un apartamento muy rectilíneo, muy ortogonal, con muebles muy rectos, pero puedes poner detalles: cojines circulares, pufs, una silla que sea más orgánica, curvilínea y, de esa manera, encontrar ese balance”, afirmó el experto.

 

¿Cómo aplicar la neuroarquitectura en tu casa?
 

Aunque hasta ahora está cogiendo fuerza el término neuroarquitectura, desde hace siglos nos hemos aproximado a esta ciencia. Por ejemplo, con el feng shui. De hecho, “en la época griega ya existía la neuroarquitectura, pues se buscaba balance entre la funcionalidad, la estética y la fortaleza de un espacio”, contó Valencia.
 

Si estás interesado en aplicar esta ciencia en tu hogar, la recomendación del experto es consultar a un especialista que te ayude ya sea a implementar desde cero estos conceptos o los adapten en una construcción ya existente.
 

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