Noviembre 2013 - Las pinturas y las marcas elegidas deben tener certificaciones de calidad.

Además, es importante que su producción respete principios ambientales.

Pintar la casa es una práctica frecuente cuando finaliza un año y, para muchas familias, la mejor forma de comenzar un nuevo ciclo con ambientes renovados.

Por eso, representantes de la compañía Pintuco ofrecen algunas recomendaciones que se deben tener en cuenta al comprar una pintura y a la hora de elegir colores y estilos.

Por confiabilidad del producto que se va a adquirir, lo primero que se debe comprobar es que la pintura y las marcas escogidas tengan certificaciones de calidad otorgadas por entidades reconocidas. Asimismo, que en su producción se hayan respetado principios ambientales.

Una vez verificado esto se debe evaluar en qué ambientes (sala, comedor, cocina, habitaciones, baños, etc.), espacios (paredes, pisos o techos) y superficies (ladrillo, metal, madera, etc.) se aplicará el producto, ya que existen diferentes tipos de pinturas con cualidades especiales para cada caso. También hay que definir si están en interiores o exteriores.

Algunos ejemplos

En baños y cocinas se requieren pinturas con mayor resistencia a la humedad, que sean lavables y que no permitan la reproducción de hongos ni bacterias, mientras que en salas, comedores y espacios de uso social se pueden utilizar colores de moda o de temporada con vinilos lavables.

Pintuco también aconseja usar en zonas comunes de unidades residenciales y edificios pinturas que soporten alto uso y tráfico.

Por su parte, en balcones, terrazas, zonas de piscinas y exteriores es mejor elegir aquellas especiales para la intemperie.

Incluso, es posible encontrar productos para superficies como el ladrillo a la vista. Por su parte, para cielos rasos de garajes, bodegas, cuartos de máquinas o depósitos se recomiendan vinilos de alta calidad.

La elección de las tonalidades:

Para la sala es mejor elegir tonos que combinen con el mobiliario.

En habitaciones quedan bien los colores frescos como los azules, los verdes y los púrpuras claros, que ayudan a la relajación.

En la cocina y el comedor quedan bien los tonos cálidos -amarillos y naranjas-, que estimulan el apetito y son ideales para compartir en familia.

Un área pequeña se puede decorar con tonos intensos, siempre y cuando sea iluminada y abierta; si no tiene estas características se debe decorar con colores claros y limpios.

Los espacios grandes facilitan mucho la decoración, ya que no tienen limitantes en cuanto al uso del color; sin embargo, si hay pocos elementos y accesorios, se pueden usar un par de paredes con un tono fuerte.