Es tan alta la tasa de mortandad en Japón que, para cremar un cadáver, los dolientes tienen que esperar hasta 4 días. 

Ante la extremada saturación que sufren los crematorios del país del 'Sol naciente', se decidió crear un  curioso hotel para muertos, se llama Lastel, una derivación de la palabra inglesa "last" (último).

El extraño pero concurrido lugar hasta ahora solo tiene una sucursal situada en los suburbios de la ciudad de Yokohama, la segunda más poblada del país.

Este lúgubre hotel japonés ofrece una habitación con ataúd de refrigeración por 12.000 yenes (cerca de 270 mil pesos colombianos); eso sí, la entrada al lugar es libre ya que familiares y amigos pueden visitar en cualquier momento al cadáver. 
 

Un lugar exclusivo

En el Hotel Lastel solo disponen de dieciocho unidades, lo que no permite hacer frente a la saturación de las morgues.

En Japón resulta muy complicado obtener permisos para la apertura de nuevos crematorios. En cambio, abrir centros como Lastel no requiere trámites engorrosos.

El Lastel es un hotel tan común que muchos jóvenes desprevenidos asisten al lugar en busca de una noche para quedarse.
 

Cifras que sustentan al Hotel Lastel

Japón registró en 2011 unas 23.000 muertes más que en 2010, según informa la agencia de noticias Reuters.

Hisayoshi Teramura propietario de Lastel, asegura que creó el extraño espacio como una alternativa para que las familias no se vieran obligadas a mantener los cuerpos en sus domicilios.

Los expertos calculan que la cima de mortalidad se alcanzará en Japón en 2040, año donde fallecerán 1, 66 millones de personas. Habrá entonces 20 millones de habitantes menos que ahora, un récord negativo que supera el impacto de muchas hambrunas y descensos de población causados por la guerra. La explicación a este fenómeno es que estarán muriendo los representantes de la generación del 'baby boom nipón'.
 

Un lugar de lujo

Los empleados del lugar se preparan para recibir a los huéspedes, como en cualquier hotel, limpian, barren, ponen arreglos florales e incluso acomodan los féretros como una placentera cama.

Las habitaciones, además de estar refrigeradas, cuentan con un sistema mecánico que retira el ataúd y lo envía al crematorio una vez terminado el plazo.

También en el lugar es posible acceder a más servicios como, venta de flores y adornos ceremoniales japoneses.  Si las habitaciones están llenas, los ataúdes descansan en el pasillo esperando su turno.

Fuente: www.lastel.jp