El hogar de Iván Villazón

Viernes, 2 de noviembre de 2018

Un apartamento de aproximados 200 metros cuadrados, sobrio, moderno y con un look que nadie imaginaría encontrar.

Antes de llegar a casa de Iván mencionamos algunos hipótesis de cómo sería el lugar. En realidad casi todos coincidimos en que sería folclórico, maximalista, de un look rústico y por supuesto, muy musical.

Vaya sorpresa al llegar. Nada de lo mencionado había frente a nuestros ojos. En reemplazo de todo eso que construimos durante el recorrido había un espacio bondadoso, limpio de accesorios, de diseño vanguardista y perfecto para hacer las mejores fiestas. El mismo Iván lo mencionó: ¡Este lugar es muy rumbero y muy musical!

Una sala principal, una auxiliar, un comedor de grandes proporciones, una hermosa cocina a la que vimos solo a través de un pequeño vidrio en la puerta y una terraza de 30 metros cuadrados, eran los atractivos del primer nivel del apartamento.

Para adentrarnos en la intimidad de Iván fue necesario bajar 20 escalones. Una vez allí abajo lo primero que salta a la vista es un largo pasadizo embellecido con lienzos (obras de artistas cercanos al artista).

En medio de dicho pasadizo se encuentra el lugar con más magia en todo este hogar: el estudio de Iván. Es allí donde reposan los recuerdos de su vida musical, instrumentos musicales traídos de muchos rincones de Colombia y que Iván guarda como tesoros; una colección de mochilas; un sombrero; fotografías familiares y por supuesto, los reconocimientos que ha obtenido a lo largo de su carrera.

Después de ahí, el sitio se torna netamente familiar. La habitación principal y las alcobas de los tres hijos de Iván; todas están decoradas con instrumentos musicales. La visita en estos lugares fue corta; nos apresuraba el hecho de que en esta visita debíamos escuchar a Iván cantando cualquiera de sus canciones.

Contamos con mucha suerte. Nos cantó una que acaba de llegar a todas las emisoras pero que en ese momento, sentados en su estar de televisión, no se sabía completamente. Sobre sus manos una hoja con algunas de estas letras: “hoy tengo una razón para estar más feliz, el amor ha llegado”.