En la actualidad, en Bogotá hay 2.363 edificaciones diagnosticadas en riesgo estructural por el Instituto Distrital de Gestión del Riesgo y Cambio Climático (Idiger), lo cual representa un inminente peligro para la vida de cientos de familias y un problema para los constructores de los proyectos inmobiliarios que, tarde o temprano, deben responder.
 

De acuerdo con el informe del Idiger estas fallas estructurales afectan todo tipo de inmuebles en más de 900 zonas de la ciudad debido a deficiencias en la construcción y mala calidad de los materiales.
 

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“Frente a esta problemática, es necesario que los inversionistas de dichos proyectos sean conscientes de la responsabilidad social que tienen con todas las familias que compran una vivienda o un inmueble y además, protejan su inversión mitigando todo tipo de riesgos”, afirma Juan Andrés Gutiérrez, ejecutivo de Multivista, una empresa canadiense especializada en servicios de documentación visual de construcción.
 

Puntos clave para una construcción segura
 

Estos son los puntos que, según expertos de Multivista, son claves en los procesos constructivos para desarrollar obras con calidad y evitar riesgos para los compradores, así como brindar herramientas para la protección de la inversión de los constructores:
 

Verificar el 100 % de los materiales que llegan a la obra y que estos concuerden con las especificaciones y cantidades requeridas en el proyecto.
 

• Consolidar un archivo fotográfico digital (AsBuilt) de los elementos instalados en la obra en cada etapa del proyecto. De esta manera, se logra evidenciar la trazabilidad y soporte de la ejecución de un proyecto desde la cimentación y estructura, involucrando las redes (MEP) y acabados hasta el último detalle. Esta práctica no solo permite tener un ágil y minucioso control de calidad, sino que además otorga pruebas objetivas para adjudicar responsabilidades y evitar sobrecostos por reprocesos.
 

• Hacer un control de calidad digital con comunicación interna entre miembros del proyecto para solucionar y evidenciar las no conformidades que pudieran llegar a ocasionar defectos de construcción.
 

• Tener un sistema de seguimiento y supervisión remoto en tiempo real para apoyar la toma de decisiones basado en evidencias. Esta buena práctica es fundamental para proyectos de gran complejidad y en los que está involucrado personal que tiene responsabilidades en diferentes frentes de obra o varios proyectos. Típicamente, la ausencia de estas herramientas contribuye a que se tomen decisiones apresuradas debido a la necesidad de cumplir con cronogramas de obra apretados.
 

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