Andrés Moreno Bejarano / Redacción

Enero 2015 – La televisión, las películas y hasta las mismas historias de las personas se han encargado de vendernos la idea de que en las cárceles se sirve la peor comida del mundo, lo cual nos hace rechazarla de solo pensarlo.

Sin embargo en algunas zonas del mundo se viene cambiando esa percepción vendiendo comida de alta cocina, el gran referente del momento es el Reino Unido y no precisamente en favor de los reclusos sino de personas que se atreven a pagar por vivir esta experiencia.
 
The Click Charity es la empresa más destacada al poner en operación tres restaurantes en diferentes cárceles, allí el personal es escogido entre los reclusos que buscan una segunda oportunidad, al tiempo que rebajan sus penas o cumplen su condena lavando platos u otros que se atreven hasta a ser chef.

La primera experiencia fue en la prisión de Surrey, al norte de Inglaterra arrojando resultados positivos, menos del 30 por ciento de los reclusos que fueron parte del programa reincidieron, cifra que es muy inferior a la tasa de reincidencia en el Reino Unido el cual es del 61 por ciento.
 
En Cardiff, The Click abrió el segundo restaurante, una comida de tres platos cuesta 25 euros, es decir 71 mil 500 pesos colombianos.

En el barrio de Brixton en 2014 fue abierto el último de estos los locales que ofrecen este servicio, la decoración atrae al ser tan moderna que nadie creería que fuera fabricada en la misma prisión, y aunque  tiene capacidad para solo 120 comensales ya son más de doce mil los que han sido atendidos.
 
El menú cambia diariamente ofreciendo los mejores platos al nivel de los restaurantes distinguidos con la estrella Michelín, con la diferencia que estos son cocinados por los reclusos, aunque solo se ofrecen desayunos y almuerzos, puesto que en la tarde los presos vuelven a sus celdas.
 
Para el funcionamiento de cada uno de los restaurantes se ha necesitado de la ayuda del Ministerio de Justicia y de las instituciones penitenciarias, los fondos para la formación de los reclusos y el funcionamiento vienen de fundaciones filantrópicas.
 

Seguridad al paladar

Un tema que preocupa es la seguridad, los comensales que pretenden asistir a uno de estos restaurantes deben pasar por un proceso y diferentes requisitos como ser mayor de edad, reservar 72 horas antes y pasar un por un análisis biométrico y toma de huellas de tal forma que se descarte cualquier tipo de relación con las personas que allí atienden.

Una vez aceptados los clientes deben pasar por alambre de púas, perros policías y guardias armados con el fin de que ninguno de los presos pueda escapar.

En cuanto la selección del personal los reclusos deben pasar exámenes psicológicos y entrevistas. Al cumplir con sus condenas reciben una ayuda para formarse profesionalmente y encontrar un empleo, muchos de ellos han logrado entrar en las cocinas de locales como Carluccio, Wahaca, Locanda Locatelli, entre otros.

Para el 2017 la empresa The Clink Charity espera abrir al menos 7 locales más.

Fuente: Yahoo.com, Bbc.com, The Clink Charity

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