Octubre 2013 - A pesar de los siniestros a los que están expuestos los bienes inmuebles y sus propietarios, en Colombia aún falta más conciencia sobre la necesidad de entrar en la cultura de los seguros.

 Este tipo de productos protegen las viviendas contra una amplia variedad de riesgos como incendios, hurto, explosión y terrorismo.

 Igualmente, sirven en caso de desastres naturales de gran impacto, como los que han ocurrido en el país: la erupción del volcán nevado del Ruiz, que sepultó a la población de Armero en 1985, o el terremoto que sacudió a Armenia en 1999, por mencionar algunos.

 “Lo que está sucediendo es que las personas se están asegurando solo porque tienen créditos hipotecarios o una financiación que los obliga”, explica Renán Alfonso Rojas Gutiérrez, presidente del Consejo Colombiano de Seguridad, quien considera irresponsable que las personas no aseguren el patrimonio, más aún si se tiene en cuenta que representa los ahorros de toda la vida.

 No obstante, una de las razones, y quizás la principal, por la que los colombianos no acceden a estos seguros es el exceso de confianza al creer que están exentos de sufrir una catástrofe y consecuencias como la pérdida de las posesiones, del inmueble e incluso, de la vida.

 Rojas Gutiérrez también considera que la capacidad adquisitiva es otro factor que no permite invertir en un seguro de vivienda. Es el caso de las personas de los estratos 1 y 2, agrega el directivo, a los que las aseguradoras les ofrecen microcréditos; sin embargo, estas todavía consideran las pólizas del hogar como un gasto innecesario.

 Pese a esto, según la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda), aunque el panorama no es el mejor para los seguros de vivienda, estos se han incrementado, especialmente los que respaldan los créditos hipotecarios, que hasta marzo de este año sumaron 1,2 millones de inmuebles asegurados.

 Datos de la agremiación también advierten que en Colombia las pólizas básicas, de terremoto e incendio, pasaron de 364 millones de pesos a 604 millones de pesos y de 392 millones de pesos a 643 millones de pesos, respectivamente, entre el 2007 y el 2012.

 En medio del llamado de atención por la indiferencia en materia de seguros, el dato de Fasecolda confirma que la atención para el sector de la vivienda empieza a estar en una situación más favorable y en ascenso.

 Jorge Luis Flórez S. Redacción Economía y Negocios- EL TIEMPO