Septiembre 2013 - Tener una mascota no es únicamente cuidados y mimos. Su llegada a casa también obliga a evaluar los espacios en los que se desenvolverán.

 Según Marcela Muñoz, médica veterinaria del Instituto Colombiano de Homeopatía Luis G. Páez, es indispensable que las personas evalúen el tamaño de la vivienda y si el ritmo de vida les permite asumir la responsabilidad.

 “Debemos ser conscientes de las necesidades de los animales con el fin de evitar problemas como la automutilación, que se genera por la falta de estímulo”, anota la especialista, quien advierte que si el inmueble es pequeño, los requerimientos son especiales.

 En el caso de los perros, no son recomendables las razas de más de 25 kilos, a menos que tengan la posibilidad de salir 45 minutos tres veces al día y de hacer mucho ejercicio, entre otras condiciones.

 En cuanto a los gatos, son animales que se acomodan a lugares reducidos; sin embargo, también requieren de actividad física y mental, lo que se puede lograr adecuando el espacio a sus necesidades, porque, según Muñoz, “ellos no se van a adaptar a las nuestras. Los felinos necesitan sitios en donde encaramarse, por lo que se deben instalar repisas para que suban y observen lo que hay a su alrededor”.

 Si se trata del cuidado de los muebles, ella aconseja tener varios juguetes con los que se puedan distraer y uno de los elementos infaltables es el tradicional rascador.

 Algo para tener en cuenta de las características que diferencian a gatos y perros son, según la veterinaria, que los felinos reconocen su territorio; por eso mover un mueble es un factor de estrés, mientras los perros se adaptan a donde viven y lo que les importa es que el humano este a su lado.

 Una recomendación de rigor es que siempre será necesario destinar un lugar único y cómodo en la vivienda donde puedan descansar y alejarse de los demás.

 También debe establecerse una jerarquía entre ellos y sus propietarios, lo que significa poner límites ubicando y adecuando un espacio de la casa o el apartamento donde no puedan entrar.

 Cuidado al escoger

 Tener peces en la casa es complicado, ya que son propensos a las infecciones y el mantenimiento de las peceras y de los tanques es muy difícil. Por eso, se recomienda que las personas interesadas en ellos lo tomen como una afición seria.

 Los conejos en los apartamentos no son recomendables. Siempre está el riesgo de que se escapen y suelen hacer daños.

 “Por su parte, tortugas y aves no son mascotas”. Así lo advierte la médica veterinaria Marcela Muñoz. “La gente no sabe tener las tortugas, ellas necesitan mucho cuidado, comida y lámparas especiales; además, son especies en peligro de extinción y no podemos tratarlas como veterinarios”.

 Aves como los loros, las guacamayas y los pericos son animales que deben volar, por eso algunos veterinarios consideran que encerrarlos en jaulas es inhumano.

 Incluso, la Ley 611 del 2000 reconoce a estas especies como fauna silvestre, es decir, animales que no han sido objeto de domesticación, entre otros aspectos.

 Un documento de la Secretaría Distrital de Ambiente, advierte que estos animales “tienen su ciclo de vida en áreas geográficas naturales, donde se han adaptado a las diferentes características que los nichos les ofrecen y donde, además, encuentran todos los elementos para suplir sus necesidades energéticas, fisiológicas y metabólicas”.

 Sección Vivienda EL TIEMPO