Llevamos más de tres meses en cuarentena obligatoria y en la lucha contra el coronavirus en el país. Tras estos meses de encierro, la pregunta obligatoria es ¿Cómo vamos? Dado que no soy ni médico ni científico, me centro en compartir cómo ha reaccionado el sector inmobiliario frente a las amenazas que la pandemia ha traído. 
 

Como cualquier otra industria, el sector inmobiliario se ha visto fuertemente golpeado por la cuarentena preventiva obligatoria. Con las personas en sus casas y las calles vacías, las ventas cayeron en el mes de abril y mayo. Para el alivio de todos, la historia de junio es distinta y muy alentadora. El número de unidades vendidas en junio supera las de mayo en un 60%, lo cual indica una rápida y positiva reacción del sector ante el golpe inicial.
 

Más destacable aún, las ventas de este mes representan el 87% de las de junio de 2019, mostrando así que la recuperación no sólo fue rápida, sino que el sector se encuentra cerca de sus niveles pre-COVID 19. De las 15 ciudades examinadas por La Galería Inmobiliaria, 13 muestran un alza importante frente al mes de mayo, evidenciando que la recuperación es casi global, donde las únicas excepciones son Armenia y Cúcuta. 


 

La razón principal de esta enérgica recuperación ha sido la vivienda de interés social (VIS). Estas viviendas, que fueron diseñadas para garantizar el derecho a la vivienda de las personas con menores ingresos, han demostrado ser muy atractivas. El impulso con el que ha venido creciendo la VIS en los últimos diez años, hasta ahora, ha sido mayor que el del coronavirus. A partir de 2009, casi un millón de familias se han visto beneficiadas con el programa de VIS. A pesar de las adversidades que ha traído el coronavirus, el número de viviendas de interés social vendidas en junio de este año, corresponde al 98% de las cifras del año pasado. Los proyectos de vivienda de interés social han jaloneado el sector inmobiliario, contribuyendo para alcanzar un incremento del 2% en las unidades vendidas en el último año.
 

Es imposible tener certeza acerca de lo que sucederá. El problema médico que enfrenta el país es evidente al igual que sus repercusiones a nivel económico. Dicho esto, el sector inmobiliario ha demostrado ser resistente y flexible durante estos tiempos difíciles. Con el programa de vivienda de interés social, el gobierno ha conseguido proveer vivienda propia a millones de los más vulnerables ciudadanos de nuestro país y al mismo tiempo ha dado una herramienta a los constructores para seguir adelante. Si conseguimos evitar un empeoramiento de la situación de salud, las condiciones están listas para que el sector inmobiliario vuelva con fuerza a contribuir con la economía nacional.
 

Por Andrés Isaza Valencia, Socio de La Galería Inmobiliaria, Economista de Dartmouth College con Maestría en Negocios de Wharton y Maestría en Estudios Internacionales de la Universidad de Pensilvania.