Noviembre 2014 - Algunas recomendaciones para la gente que prefiere negociar por su cuenta, sin que exista la intermediación de una compañía inmobiliaria.

Hay personas que prefieren vender sus viviendas sin la intervención de una inmobiliaria. Para lograr un buen negocio y, sobre todo, una transacción segura, hay que tener en cuenta varios consejos.

El primero es determinar el precio real. Esto obliga a contratar el avalúo de un perito inscrito en las lonjas legales que manejan el mercado inmobiliario en el país; de esa forma se determinará esa variable.

Si no se escoge esta opción es necesario saber exactamente los metros cuadrados que tiene el inmueble, el tiempo de construido, el estado actual –-que podrá aumentar o disminuir el precio–, la ubicación del predio, el valor del metro cuadrado en la zona, los precios en los que se han transado otros de características similares o iguales y el uso permitido del suelo, entre otros.

Las condiciones legales en que se va a vender también cuentan, ya que harán que el precio de oferta varíe.

El abogado Andrés Martínez Díaz también sugiere indagar algunos puntos. Por ejemplo, ¿el inmueble se compra con o sin deuda?, ¿esto se incluye o no en el precio de compraventa, lo mismo que la deuda de servicios públicos domiciliarios?, ¿está incluida la deuda de administración o no? El especialista también sugiere averiguar –entre otras cosas– si al negociar se están comprando los derechos en litigio sobre la propiedad.

Por ejemplo, es común que una persona tenga derechos y acciones hereditarias en la sucesión de un inmueble, lo que obligará al comprador a revaluar cómo asume el negocio. Según Martínez, cada detalle es clave para la claridad y por eso considera importante hacer otras preguntas: ¿el inmueble se compra a sabiendas de que tiene inquilinos?, ¿el vendedor se compromete a entregarlo desocupado? o ¿se adquiere con inquilinos y el comprador asume la calidad de arrendador?

Documentos que se deben preparar

El vendedor debe tener con anterioridad los documentos legales que le permitan demostrar la calidad en que está el predio legalmente. Según Isaías Duarte, abogado y consultor inmobiliario, se deben tener el certificado de tradición y libertad, el último recibo de pago del impuesto predial, copia de la escritura pública de adquisición, el paz y salvo de valorización, el paz y salvo de la administración, si se trata de un inmueble en propiedad horizontal, y los últimos recibos de pago de los servicios públicos.

De todas formas, hay consenso en que la asesoría es necesaria en algunos pasos del proceso como la elaboración del convenio en la etapa precontractual de preventa (separación del inmueble y arras) o al hacer el contrato de promesa de compraventa. Igualmente, al redactar la minuta de escritura pública, sobre todo en aspectos como la tradición del inmueble, la forma de pago y la entrega del predio, entre otras.

Sección Vivienda EL TIEMPO