Este municipio de Cundinamarca, ubicado a solo 25 kilómetros de Bogotá, en los últimos años ha tenido un crecimiento urbanístico importante gracias a todos los proyectos de vivienda y obras que se han desarrollado desde el gobierno municipal y con la ayuda de los constructores, que han visto en Zipaquirá un excelente lugar para iniciar sus proyectos de vivienda. 
 

En la actualidad se construyen cerca de 25 proyectos de vivienda, gracias al precio de la tierra, que sigue siendo bajo comparado con otros municipios de la sabana de Bogotá, a su desarrollo organizado, sus excelentes condiciones de movilidad, seguridad, espacios públicos ideales y a la tranquilidad que se genera al estar en contacto con la naturaleza. Por ello, se ha convertido en un atractivo para que familias bogotanas y de otras regiones del país vean en este municipio una excelente opción para vivir. 
 

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“El crecimiento poblacional de Zipaquirá por motivos de migración está siendo importante desde hace unos diez años. Además, en el último lustro, el municipio ha crecido a una velocidad rápida y lo que queremos es hacer que este crecimiento sea ordenado”, expresó Luis Alfonso Rodríguez Valbuena, Alcalde de Zipaquirá.

 


 

Un desarrollo organizado  
 

Zipaquirá es ejemplo para las otras regiones de la sabana de Bogotá e incluso para la capital de la República. 
 

Desde el gobierno municipal, de la mano con las constructoras que actualmente tienen proyectos habitacionales, se han logrado acuerdos para construir un municipio ‘compartido’ en temas como: el desarrollo de buenas vías para garantizar la movilidad, equipamientos urbanos, expansión de servicios públicos, parques, creación de bici-carriles, entre otros proyectos. Todo esto con el fin de lograr un crecimiento sostenible y organizado.
 

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Un destino turístico y mágico    
 

Este municipio de Cundinamarca guarda muchos tesoros de la historia de Colombia, conserva una extensa tradición ancestral, cultural y paisajística sobre la cordillera oriental. Así que, recorrer sus calles es remontarse al pasado. 
 

La plaza mayor o de los comuneros


En este lugar se puede observar gran parte de la arquitectura colonial de la época y edificaciones republicanas de comienzo del siglo XX. Como buen municipio, la plaza central alberga la Catedral de Zipaquirá, que fue diseñada por el monje capuchino fray Domingo Petrés, quien también diseñó las catedrales de Bogotá, la antigua de Facatativá, Chiquinquirá y la de Santa Fe de Antioquia, además de la iglesia de Guaduas.
 

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Foto: Carlos Amaya
 

Igualmente, se encuentra el Palacio Municipal, que fue la antigua sede de la administración de salinas, construido a mediados de 1920 por el Banco de la República. Y también, se encuentra el actual edificio de la Alcaldía Municipal de Zipaquirá. 
 

Foto: Carlos Amaya
 

Centro Cultural Gabriel García Márquez
 

Esta casa que fue construida hacia mediados de 1740 y ha tenido toda una tradición de ser utilizada para colegios. 
 

Foto: Carlos Amaya
 

“Acá funcionó el Liceo Nacional de Varones en donde Gabriel García Márquez estudió su bachillerato entre los años 1943 y 1946”, dijo Álvaro Peña, arquitecto e historiador del Centro de Historia de Zipaquirá.

 

Actualmente la casa funciona como escuela de formación artística del municipio. En el interior hay un salón dedicado a García Márquez en donde está la historia del nobel en sus años de estudio en Zipaquirá. Además, se conserva una réplica de una máquina de escribir en donde ‘Gabo’ hacía sus tareas de colegio y un regalo muy especial que hizo el fotógrafo Ruven Afanador al centro cultural, una fotografía que fue tomada a comienzos de 1990 en Ciudad de México y en la que García Márquez está luciendo una ruana.
 

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Foto: Carlos Amaya
 

La Catedral de Sal
 

Es considerada como la primera maravilla de Colombia. Inició como una capilla en donde los mineros oraban a la virgen de Guasa, su patrona. Posteriormente hubo una catedral cuya su construcción inició hacia el año de 1953, pero que tuvo que ser cerrada por fallas estructurales.
 

Foto: Carlos Amaya
 

“La nueva catedral fue diseñada por el arquitecto bogotano Roswell Garavito, luego de ganar un concurso por la Sociedad Colombiana de Arquitectos en 1990. La obra duró 3 años en construcción entre 1992 y 1995 y fue inaugurada a finales de ese año”, expresó Peña.

 

Este emblemático lugar en su interior cuenta con catorce estaciones del viacrucis católico, que consiste en pequeños altares donde está la cruz tallada en roca de sal. Terminado este recorrido por las estaciones se llega a la cúpula o al ‘cielo’ desde donde se puede ver una enorme cruz tallada en bajo relieve. 
 

Foto: Carlos Amaya
 

Por último, están las naves que conducen al centro de la Catedral de Sal. Allí se encuentran unas estructuras o ‘pasajes’ que se pueden cruzar entre sí y que simbolizan el nacimiento y la muerte de Cristo. En la nave central se ve una cruz que mide 16 metros de altura. *
 

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Foto: Carlos Amaya
 

En la profundidad de la nave está un homenaje a la obra de Miguel Ángel ‘La creación del hombre’, esta fue tallada en mármol por el escultor Carlos Enrique Rodríguez.  
 

Foto: Carlos Amaya
 

Casa Museo Quevedo Zornoza
 

Esta casa fue construida por el ingeniero y comerciante escocés don Alejandro Mac Douall, tiene un estilo colonial-republicano y data del siglo XX. En este museo se conservan recuerdos de las tres generaciones de la familia Quevedo quienes habitaron la casa y se destacaron por ser cultores de artes y en especial de música para Zipaquirá. 
 

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Foto: Carlos Amaya
 

Allí vivió el maestro Guillermo Quevedo Zornoza, compositor del himno de Zipaquirá y cofundador del Conservatorio de Tolima. En este lugar se encuentra la máquina de escribir donde el nobel García Márquez aprendió gracias al maestro Zornoza, ahí inició una gran admiración de ‘Gabo’ por su maestro pero que nunca se atrevió a decirle nada. 
 

Foto: Carlos Amaya


 

Gabriel A. Molano Rojas / Redacción e investigación

Carlos Amaya / Fotografías

Camilo Rahirant / Vídeo