Un consejo para iniciar bien el proceso es comprar primero los muebles, luego las obras pictóricas y por último los accesorios.

Un cuadro cumple su función cuando logra el equilibrio con los colores de los accesorios y de los muebles donde se ubica.

Esta es una de las máximas que maneja Patricia de Torres, artista y presidenta de la IX Convención Internacional de Pintura y Manualidades, que se realizará en Bogotá.

“A quienes están decorando sus casas siempre les recomiendo que compren primero los muebles, luego los cuadros y por último los accesorios. De esta forma, si los primeros son de color claro, los segundos deberán ser oscuros y viceversa. Lo ideal es que contrasten”.

La artista también advierte que debe existir una armonía y una coherencia en el estilo de la decoración; por eso, si los muebles y los accesorios son modernos, los cuadros deben ser abstractos y podrán tener texturas, que se consiguen mediante diferentes técnicas y al utilizar materiales como metales, telas y madera.

También se podrán colgar dípticos, trípticos o polípticos, que son pinturas divididas en dos, tres o más lienzos que no tienen que ser necesariamente del mismo tamaño.

Y si el mobiliario y los accesorios son clásicos, se recomiendan los cuadros con pinturas más realistas, en las que los artistas son fieles a como se ven las personas, la naturaleza y los objetos.

Tema y ambiente

Aunque cada persona tiene la libertad de elegir el tema de la pintura que colgará en su pared, Patricia de Torres prefiere que las temáticas de las obras pictóricas estén relacionadas con las actividades que se realizan en el espacio que van a adornar.

Así mismo, resalta que este consejo no solo aplica a viviendas, sino que también es útil en restaurantes y sitios de trabajo, como oficinas y consultorios.

“Se ve mejor que en mi baño, por ejemplo, tenga una cuadro de varios envases de jabón y champú que una pintura de comida”, expresa.

De igual forma, la artista destaca que ciertos temas son recurrentes en la decoración de ambientes. Tal es el caso de los bodegones, que son los más comunes en los comedores, y de los paisajes y las pinturas abstractas, que se utilizan mucho en las salas.

Sobre los que se utilizan en las habitaciones, la artista opina que dependen más de los gustos de la persona que la habita; de todas formas, lo importante es que transmitan tranquilidad y paz.

En el caso de niños y adolescentes, las pinturas suelen ser de sus caricaturas y artistas favoritos, mientras que los cuadros más populares en los cuartos de adultos son los paisajes.

El cuidado de las obras

Nicolás Jaramillo, subdirector de la Galería La Cometa, explica que para que los cuadros se mantengan deben ser ubicados en ambientes secos, colgados donde la luz del sol no les dé directamente, limpiados con un plumero, protegidos con un vidrio en el que circule aire para que no se formen hongos y retocados, eventualmente, por un experto.

Sección Vivienda EL TIEMPO / Heidy Monterrosa Blanco