Una guitarra Gibson, una cocina con piso de cemento, arte colombiano por doquier y un comedor de tres metros de largo, son solo algunos de varios encantos de este apartamento que la cantante antioqueña comparte al lado de Ramón, su novio.

El atractivo comienza desde la entrada. El apartamento, de cerca de 90 metros cuadrados, está ubicado en un edificio antiguo de ladrillo a la vista, ventanas pequeñas y nada de citófonos.

Aunque hay que decirlo poco queda del apartamento que Naty encontró al mudarse. Una vez allí inició radciales cambios arquitectónicos; su idea era vivir en un sitio de áreas integradas, con pocas divisiones y sin nada de lujos. Todo eso como sinónimo de tranquilidad.

Aunque claro. La inspiración no fue toda de la cantante. Ramón su novio tuvo mucho que ver en la distribución de los espacios, los accesorios, materiales y algunos colores.

Como resultado de los cambios

Una vez se cruza la puerta hay un hall corto que lleva a las dos únicas divisiones de este apartamento: al lado izquierdo, el comedor, la sala, el salón de estar y las habitaciones; a la derecha, la cocina.

El recorrido comienza por las zonas más amplias e integradas del apartamento. Pareciera un espacio vertical; es necesario caminar casi en línea recta para visitar estos lugares. Aunque cada uno se roba varios minutos.

El comedor está compuesto por una mesa de madera de tres metros de larga y puesta sobre un par de guaduas arqueadas. Sobre ella, las infaltables flores coloridas y a los lados 4 sillas en cuero negro y aplicaciones en acero.

Un paso adelante y está la sala. Allí, se destaca el sofá principal, igualmente en cuero negro y con 'patas' de acero. Según la cantante, son esos toques retro que hacen muy particular este lugar.

La mesa central, color marrón, deja al descubierto ese gusto particular de Naty y el tan acertado toque de color que termina por robarse las miradas. En este caso, el rojo cobra protagonismo en las flores, un pocillo en acrílico y un cenicero en forma de revólver. El concepto de este accesorio es: 'el tabaco, mata'. Una frase que constantemente dice Naty a Ramón.

Justo al frente del sofá principal hay otro que guarda las mismas características de color y estilo, pero hay una diferencia en el diseño: este resulta un poco más original. A los lados, se encuentran un par de sillas en acero revestidas de tela color blanco.

Ahora el salón de estar. Allí son protagonistas una lámpara en acero que casi alcanza el techo, una especia de cama baja, una silla huevo, algunos cuadros autoría de Ramón -numerosos por cierto en el apartamento- y la consentida de Naty: su guitarra Gibson. Este es el sitio que la cantante eligió para estar la mayor parte del tiempo.

De rojo y cemento

Uno de los lugares más encantadores de este apartamento es la cocina. Su diseño fue inspirado por Ramón. Allí, llaman la atención el piso de cemento, el color rojo en la totalidad del mobiliario y en las flores, los accesorios en acrílico y la bondad del espacio en general.

Eso sí. La lista de encantos es larga. Además de las áreas, los colores y la mezcla de materiales es muy importante para la cantante tener arte.

Sobre casi todas las paredes blancas del apartamento hay un cuadro de su novio, su hermana o algún amigo cercano. El único requisito para estar en casa de Naty es ser un artista colombiano.

Eso sí, Ramón se lleva gran parte de los espacios. Su especialidad son los cuadros hechos a partir de fotografías; una técnica particular y muy llamativa. Si no que lo digan los visitantes a este lugar.

Así, en medio de flores, colores, música y arte, vive esta cantante antioqueña que desde el 2003 encanta con su voz y su originalidad.

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Carolina Soto Ramírez / Producción periodística - Sebastian Jaramillo / Fotografía.

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Naty Botero