¿El suyo es un hogar donde se ve ‘a gatas’ a cada fin de mes? Si bien esto es un mal de muchas economías familiares, seguir un presupuesto le ayudará con la tarea de mantener sus gastos ajustados y ver en qué se va ese dinero que aparentemente ‘desaparece’ sin más.
 

La finalidad de un presupuesto no es la de ser una camisa de fuerza para sus gastos, sino lo contrario: la posibilidad de alcanzar lo que siempre ha querido.
 

Ahora, si su mayor anhelo es tener vivienda propia, esta es quizá la mejor manera de obtener la cuota inicial y así poner la primera piedra de su proyecto inmobiliario personal. (Lea también: estos son los gastos adicionales al comprar vivienda)
 

Mientras logra estos objetivos, en el corto y en el mediano plazos debe lograr la voluntad y la disciplina necesarias para ser organizado con sus cuentas, tener claro cuáles son sus ingresos y sus gastos, y saber hasta dónde se puede endeudar, de ser indispensable.
 

Cómo lograrlo
 

Con estos pasos, usted podría poner orden en su vida financiera:
 

1. Un buen inicio es reunir sus facturas y recibos, de acuerdo al portal Consumidor.gov. Debe tener en cuenta entre estos, los gastos fijos (como la cuota del crédito hipotecario o el arriendo, el colegio, el internet o la administración), los que son variables cada mes (como agua, aseo, gas, electricidad o celular) e, incluso, las anuales (como SOAT y otros seguros). 
 

2. Considere ahora otros gastos como comida, gasolina, entretenimiento, ropa, útiles escolares, dinero para la familia, tarjetas de crédito e imprevistos (como una emergencia médica o una reparación).
 

3. Piense, además, en qué gasta su dinero. “¿Se compra una taza de café todos los días? El dinero que gasta en su café a lo largo de un mes puede convertirse en un gasto que tiene que anotar”, aconseja la publicación. (Lea también: Vivienda ideal: ¿cómo comprarla?)
 

4. Ya sabiendo cuánto suman sus gastos mensuales, haga lo propio con sus ingresos, como salarios, honorarios, subsidios y demás.
 

5. Si a esos ingresos le resta los gastos y le queda aún dinero ¡perfecto!: podrá ahorrar el excedente y poner en marcha sus proyectos. En caso contrario, mire en dónde puede ajustar sus costos para lograr conciliar sus cuentas (y, de paso, el sueño). Ahorrar un remanente siempre debe ser la premisa.
 

¿Dónde ahorrar?
 

Para poner sus recursos a buen resguardo mientras logra su objetivo tiene a su disposición varias opciones.
 

Una de ellas son las cuentas para el ahorro y el fomento de la construcción también conocidas como AFC, que le ofrecen beneficios tributarios siempre y cuando sus recursos sean usados en el pago de cuotas mensuales de crédito hipotecario, compra de vivienda o cualquier destino (siempre y cuando los recursos permanezcan en la cuenta durante 10 años).
 

También puede abrir una cuenta de ahorro voluntario en el Fondo Nacional del Ahorro, donde de manera semanal, quincenal, o mensual deberá consignar un monto fijo que servirá para completar su cuota inicial y, a la vez, le servirá para solicitar crédito ante la entidad dentro de determinadas condiciones.
 

Finalmente también podrá depositar sus recursos en alguna entidad del sector solidario, como cooperativas o fondos de empleados, entidades que cada vez más están cobrando relevancia a la hora de otorgar créditos hipotecarios a sus afiliados.
 

Sin embargo, tenga en cuenta que aquí deberá separar su ahorro de los aportes sociales, que solo se entregarán hasta que se retire como asociado.

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