De los 16.000 metros cuadrados que conforman el total de la superficie del proyecto Atrio, 10.000 se habilitarán como espacio público para el uso permanente de los ciudadanos y turistas que a diario transitan la zona.
 

Los pabellones en arquitectura son edificios prototipo, que tienen como premisa la innovación. Atrás quedaron esos espacios desapercibidos y hoy se han convertido en lugar de encuentros que demuestran como una zona pública puede ser más sostenible, creativa y amigable; además, siempre se tiene en cuenta la interacción con el usuario.
 

Desde la concepción de Atrio se destinó parte del área privada del edificio para utilizarla en espacio público y de libre acceso en la ciudad.
 

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Foto: Cortesía Atrio
 

En este espacio hay cuatro estructuras ligeras que ocupan 2.700 metros cuadrados, con una altura de 4,20 metros cada uno, para el beneficio de todas las personas (quienes transitan y habitan el complejo). El diseño es un área completamente permeable que se puede atravesar de extremo a extremo sin ningún tipo de restricciones.
 

Estos cuatro pabellones de Atrio son un espacio expansivo alrededor de las torres, un imán para los transeúntes del Centro Internacional de Bogotá, trabajadores de oficinas, residentes, empresarios visitantes y turistas por igual.
 

En el segundo nivel funcionan terrazas, que permiten a su vez una transición entre el espacio público y el privado mucho más cuidadosa y crean un lugar de reunión dedicado exclusivamente a la gastronomía.
 

Foto: Cortesía Atrio
 

Los lobbies se convierten en una continuación de esta zona con entresuelo abierto y toldos que cubren terrazas y pabellones destinados para tiendas minoristas, cafeterías y restaurantes y áreas dedicadas para actuaciones de mayor escala, eventos, proyecciones y arte público.
 

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Más comodidad en el espacio abierto
 

Los arquitectos de Atrio han intentado en muchos proyectos realizados en diferentes partes del mundo, crear una relación mucho más amable de un edificio en altura con el espacio público. Atrio recoge esta idea y va a ser mucho más atractivo con este concepto. Será una experiencia nueva y diferente de construcción hecha en Bogotá.
 

Foto: Cortesía Atrio
 

Para Pablo Codesido, arquitecto director del proyecto, “además de convertirse en un punto para la integración y el esparcimiento, el proyecto busca agilizar la movilidad peatonal del sector donde se calcula que transitan más de 75 mil personas diariamente”. Al conectar la calle 28 a la altura de la Carrera 13, con la Calle 26 en la Avenida Caracas, se generará un sendero diagonal aumentando la afluencia peatonal. Su punto focal será la gran escalera que une la plazoleta con la plaza principal con rampas de accesibilidad y escalones integrados.
 

Habilitar un área de estas dimensiones para el uso público le apuesta también a proporcionar un espacio de respiración dentro del carácter urbano denso de la ciudad y ser un nuevo destino culinario para la capital colombiana convertida en un referente gastronómico. Así mismo, le ofrecerá a los bogotanos y extranjeros un lugar con una experiencia completa y diferente.
 

Atrio representa un ícono para Bogotá. Busca cambiar la manera que se construye en Colombia, donde los proyectos de renovación urbana estén pensados para generar impactos positivos a nivel de desarrollo social y cultural de una ciudad. Este proyecto puede convertirse en una de las construcciones emblemáticas del país.
 

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