Dicen que el aspecto visual es uno de los factores clave a la hora de querer vender un inmueble a un muy buen precio. Sin embargo, gastar dinero y esfuerzo en una remodelación para el hogar no siempre es lo más importante para lograr un exitoso negocio.

Cuando nuestro posible comprador es una persona natural, que simplemente quiere vivir en una casa diferente, vale la pena hacerle un gran trabajo de remodelación tanto interior como de fachada, no solo para lograr descrestarlo, sino para justificar con argumentos válidos y legales el precio de venta.

Lo primero que debe hacer una persona que está pensado vender su casa, es diferenciar los dos posibles compradores: natural o inmobiliaria. A partir de este primer paso, se tendrán más argumentos para saber si vale la pena remodelar o no el inmueble.

Comprador natural

Para este tipo de compradores es donde más aplica la frase de que ‘todo entra por los ojos’. Un comprador natural, lo primero que busca, es vivir en un lugar tranquilo, agradable, que se vea amplio, seguro y ameno. Por eso, el consejo es empezar por una buena mano de pintura en todas las paredes, tanto interior como fachada.

La pintura no siempre es suficiente; limpie ventanas, puertas y muebles. Ajuste las chapas, grifos y guardaescobas. Si es posible cambie las bombillas por unas nuevas, o por lo menos fíjese que todas estén funcionando correctamente, pues entre más iluminada esté la casa, mejor aspecto tendrá.

¡Ojo con la fachada! Sin duda es la presentación de la casa que queremos vender. Por eso, dale una buena mano de pintura a las paredes, que sean tonos sobrios, en pocas palabras, que no tenga un aspecto tan colorido. La puerta sí debe ser cambiada, siempre y cuando esté bastante deteriorada. Píntela con pintura a base de agua y otras dos capas con un tono que combine con las paredes.

Si la casa tiene jardín, cortar los arbustos y podar el césped. Días antes agrégale agua para revitalizarlo. Si es posible, contrata a un jardinero profesional para hacer arreglo en el jardín cuando este se encuentra en deterioro. 

Para el exterior se recomienda usar tonos sobrios, pero para los interiores, se puede usar colores más fuertes, pues esto le dará mayor vitalidad a la casa.

Elementos decorativos pequeños y sencillos como cojines, plantas, floreros, cuadros, entre otros, son indispensables para darle un aspecto más agradable a la casa, sin necesidad de gastar mucho dinero. Tan solo basta usar nuestra imaginación, por encima de nuestro bolsillo y así lograr mayor interés en los visitantes.

Recuerde que los trabajos de remodelación deben ser sencillos, pues de nada sirve cambiar todo el inmobiliario o reformar estructura, ya que el comprador seguramente estará pensando en reformar el inmueble a su gusto.

Cuando el comprador es una inmobiliaria

Con este tipo de compradores las cosas son mucho más claras. Los expertos aseguran que si es una inmobiliaria la que nos piensa comprar la casa, no vale la pena invertir ni dinero ni tiempo en remodelaciones

Sara Zamora, vicepresidenta nacional de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, recomienda que “si el sector donde está la casa que se va a vender ya está consolidado y no pasará por proyectos de renovación no vale la pena remodelarla”.

Además, como es un constructor o inmobiliaria, no se va a fijar en el aspecto estético de la casa, sino en su valor real y le pagará el valor del lote, sobre todo, pues seguramente usará los terrenos para construir nuevos inmuebles.