Redacción Metrocuadrado
 
El sector de la Candelaria en Bogotá es uno de los lugares más encantadores pero aterradores cuando de apariciones se trata. Sin embargo, son lugares que no se pueden dejar de visitar, no solo para conocer sus espectaculares historias, sino también las atractivas construcciones donde se presentan estas manifestaciones. (Los mejores lugares para vivir en Bogotá)
 

El conjunto de los lamentos 

 
El actual conjunto residencial Calle del Sol tiene una gran historia por haber sido anteriormente colegio de curas, convento de clausura, sobreviviente del bogotazo y sede del Servicio de Inteligencia Colombiano (SIC); precisamente a este último le atribuyen los fenómenos que hacen referencia a quejidos y lamentaciones de almas en pena que fueron torturadas hasta la muerte para obligarlas a confesar sus delitos. (Viviendas con grandes descuentos)
 
Los habitantes y visitantes de este conjunto se han acostumbrado a vivir con estas manifestaciones, puede ser porque les interesa más el privilegio de vivir en la Candelaria y en una construcción que ha conservado gran parte de su arquitectura a pesar de sus modificaciones. Según el arquitecto Paulino Gómez, se hizo un trabajo de “relojería” porque la construcción de los 71 apartamentos, mantienen su línea original de ladrillos curvos en las bovedillas y los dos niveles de parqueaderos no afectaron las bases originales, aunque hubo que reforzarlas. (Conjuntos residenciales a su alcance y que le encantarán por sus precios)
 

El espanto más despreciable

 
El  virrey Sámano puede ser el más ruin de todos los fantasmas de La Candelaria. No fue querido en vida y mucho menos después de muerto; no sólo por sentenciar a muerte a Policarpa Salavarrieta, sino porque escupía y pisoteaba a todo el que quisiera. 
 
En esta casa, una de las más grandes del sector y que pertenece a la época de La Colonia, fue donde el virrey recibió la noticia de la derrota de los ejércitos realistas. Cuentan que desde ese momento odio aún más a los patriotas colombianos y después hasta después de muerto no ha soportado que caminen por la acera de su casa. Dicen que al pasar a altas horas de la noche se logra ver una figura jorobada de la que provienen ruidos de escupitajos al mismo tiempo que se escucha el descoordinado ruido de sus tacones virreinales, debido a la cojera que siempre lo acompañaba. Por ser una de las edificaciones con mayor valor estético, patrimonial e histórico; el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural la restauró entre los años 2007 y 2008.
 

La mujer del balcón

 
En una bella casa de dos pisos funciona la Sede del Instituto Colombiano de Antropología y entre sus mayores atractivos están sus dos patios interiores y el balcón, cuya tipología además de dejar ver un valioso trabajo de ebanistería, es el lugar donde muchos aseguran, que se ve la sombra de una señora bajo la cubierta de teja de barro, que en la parte del balcón, sobresale de la fachada y es sostenida por columnas esbeltas que se apoyan en el voladizo.
 
Cuentan que esta misteriosa mujer, cuando estaba viva, acostumbraba a tomar café todas las mañanas en ese balcón en compañía de su esposo. Nunca pudieron tener hijos y aseguran que cuando ella murió, su esposo la embalsamó para que lo siguiera acompañando todas las mañanas. Aseguran que después de aparecer en el balcón, suele recorrer los bellos pasillos coloniales del instituto.
 

El fantasma amigable

 
Así podríamos llamar a Rafael Pombo, quien hace supuestas apariciones en la que fue su casa. Una hermosa vivienda esquinera del siglo XIX con balcón hacia las dos calles y un patio central que da la bienvenida a la fundación y biblioteca que lleva su nombre.
 
Algunos de los niños que visitan el lugar y que pueden disponer de sus espacios para apreciar la gran colección literaria del escritor, son los que logran sentir su presencia y ver su sombra. A pesar de ser algo paranormal, no representa temor para los pequeños.
 
Fuente: Bogotá Turismo / Alcaldía de la Candelaria
 
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