El progreso del sector inmobiliario no solo depende del crecimiento económico que favorece la industria de la construcción o de una mayor dinámica de las ventas de bienes inmuebles o del mercado de arrendamientos, sino también del profesionalismo con que se desarrolle esta actividad por parte de los agentes del sector. 
 

Los colombianos están accediendo con mayor frecuencia al mercado inmobiliario incentivado por sus propias necesidades de vivienda y por la rentabilidad y confiabilidad de las inversiones en finca raíz.
 

Teniendo en cuenta que en los negocios inmobiliarios reposa la confianza y el capital de miles de familias y empresas, resulta vital bajar la alta informalidad que tiene este mercado; una de las grandes cruzadas que lidera la Federación Colombiana de Lonjas de Propiedad Raíz, Fedelonjas, lo cual se logra impulsando la profesionalización en el sector.
 

De acuerdo con cálculos de la Federación, de un total estimado de 800.000 transacciones de venta de inmuebles que se efectuaron en 2016, el 40% se realizó a través de venta directa y el 60% restante se hizo a través de algún intermediario. 
 

De este universo de transacciones se calcula que el 92% de las mismas corresponden a agentes no afiliados, dentro de los cuales una gran proporción corresponde a agentes informales.
 

La informalidad aumenta los riesgos para quienes contratan servicios inmobiliarios a través de agentes sin la idoneidad requerida y que no se someten al control del Estado. 
 

A su vez, la informalidad genera una asimetría en las cargas operativas y tributarias, la cual afecta a las empresas del sector en su productividad y desarrollo.
 

Los pilares para lograr la profesionalización comenzaron con la expedición de la Ley 1673 del 2013, por medio de la cual se reglamentó la actividad de los avaluadores en Colombia. Además, estableció un modelo de autorregulación.
 

Esta Ley ha dado frutos con la creación del Registro Abierto de Avaluadores, a cargo de las Entidades Reconocidas de Autorregulación de Avaluadores, como la Corporación de Autorregulación de Avaluadores (ANA), primera organización reconocida por la Superintendencia de Industria y Comercio.
 

Para ejercer la actividad con parámetros de calidad también resultan fundamentales las normas técnicas dentro de la estrategia de crear un sistema de capacitación y posterior certificación a las personas y empresas que conforman el sector. 
 

Fedelonjas acompañó la publicación, por parte de Icontec, de la norma técnica colombiana para venta de vivienda de interés social (NTC 6162).
 

En ese sentido, se ha aprobado el código de conducta del profesional inmobiliario (NTS SI 01) y la norma técnica sectorial para la administración de copropiedades residenciales (NTS SI 02). Se espera que antes de culminar el año se publiquen las normas técnicas sectoriales para el arrendamiento de inmuebles, venta de vivienda nueva y comercialización de inmuebles nuevos diferentes de vivienda. Asimismo, se espera avanzar en la aprobación de otras normas técnicas, como el código de conducta del administrador de copropiedades o el servicio de corretaje de la venta de inmuebles.