Con el antecedente histórico de que “el barrio La Candelaria, en Bogotá, se construyó con barro”, el director de la ONG Puinwai, Carlos León, recordó la importancia de volver a lo artesanal y utilizar la tapia pisada o el bahareque, los ladrillos de adobe y los techos con fibras naturales, entre otros materiales.
 

Para León, edificar sobre tierra podría ser una alternativa a las necesidades que tiene el país en materia de vivienda rural. 
 

Incluso, otras organizaciones han puesto sobre la mesa propuestas para aportar a la disminución del déficit habitacional que afecta al país, especialmente con la construcción de viviendas de interés social. 
 

En el caso de Puinwai, el directivo agregó que ha tenido la oportunidad de asesorar la intervención de varias casas vernáculas, con todo lo que esta labor implica. 
 

Por ejemplo, el trabajo incluye un proceso de capacitación a los residentes de los proyectos para que entiendan y aprendan a manejar esos materiales crudos. 
 

“Es otra posibilidad constructiva que, además de ser sostenible, promueve el patrimonio inmaterial del país, es decir, el de las técnicas tradicionales”, explicó León, quien agregó que “los proyectos que asesoramos se han desarrollado con la sabiduría popular”.
 

Esto significa que no interviene un técnico, un arquitecto o un ingeniero. “Bajo estas condiciones se vuelven culturalmente representativos; así, que ¿para qué dañarlos?”, anotó el directivo.
 

Materiales sostenibles
 

Otra de las ventajas de usar materiales crudos, según León, es que no hay costos energéticos.
 

“Incluso, con una buena intervención de los insumos se tiene una atmósfera más saludable, pues estos no emanan material particulado. “A la vez, ayudan a no a no dejar tantos residuos industriales, que son los que están afectando al medioambiente”. 
 

No obstante, reconoció que dado los riesgos que se pueden presentar en términos de resistencia a los sismos, es muy conveniente que la propuesta se lleve –por lo menos por ahora, mientras se consolidan más investigaciones– a soluciones de vivienda rural de un solo piso.
 

“Lo importante es que las construcciones se adapten a las necesidades de las familias y no lo contrario”, concluyó León.

 

Fuente: Sección Vivienda EL TIEMPO