“Gloria a Dios en las alturas; en la tierra paz y buena voluntad para con los hombres”. Así inició el mensaje con el que la reina Victoria de Inglaterra saludó el 16 de agosto de 1858 al entonces presidente de EE. UU. James Buchanan en el primer mensaje trasatlántico jamás enviado a través del telégrafo.
 

Si se tiene en cuenta que cualquier mensaje duraba 10 días en cruzar el Atlántico, las 16 horas que se tardó en descifrar el real mensaje con un total de 98 palabras, son cosa de nada. De hecho la titánica tarea de unir a Estados Unidos con las islas británicas tuvo que llevarse a cabo en tres intentos entre 1857 y 1858.
 

Al final, ambos extremos fueron unidos con un enorme cable de siete hilos de cobre, envuelto en gutapercha y cáñamo y revestido por siete alambres de hierro superpuestos en espiral. Se trató de un cable de por lo menos 4.200 kilómetros de largo y un peso no inferior a las 7.000 toneladas.
 

Hoy en día, con las tecnologías de transmisión como la fibra óptica, el envío de datos ha crecido de manera exponencial y el mundo ha encogido sus distancias al extremo. Verdaderas autopistas de la información recorren el fondo de los océanos.
 

“La fibra óptica es el medio físico con lo que es llevada la señal para tener transmisiones de banda ancha. Haciendo un símil entre el sistema de transporte y el de comunicaciones de fibra óptica, podríamos decir que las carreteras son la fibra óptica”, dijo el ingeniero Antonio García Rozo, presidente de Aciem.
 

Pero, ¿qué significa esto para los usuarios finales? Velocidad. 
 

La fibra óptica es un medio de comunicación alternativo y más eficiente que los tradicionales cables de cobre para la telefonía o cables coaxiales. Estos últimos, también usados para televisión, ofrecen conexiones ADSL: banda ancha, pero aún con algunas limitantes de velocidad.
 

Para dar una idea, el cobre permite una velocidad de hasta 100 Megabites por segundo, mientras que por fibra óptica ésta llega hasta 100 Gigabites por segundo, según pruebas de laboratorio citadas por ETB.
 

Así mismo, otra de las grandes ventajas que tiene la fibra es que es simétrica, es decir que la velocidad de subida es muy similar a la velocidad de descarga de archivos. En últimas, se trata de una señal de mejor calidad.
 

A través de la fibra óptica, Internet ha traído grandes beneficios para los sus usuarios, “desde envío de correos electrónicos, descarga de imágenes y música hasta conexiones a conferencias, planeación y ejecución de negocios”, aseguró García Rozo.
 

¿Qué trae para los usuarios?
 

La fibra óptica para un consumidor puede significar más por menos. En términos de costos puede traer tres veces más velocidad y capacidad que el servicio por medio de cable coaxial, por el mismo precio. Por otra parte, a un costo de dos billones de pesos, ETB despliega desde el 2013 la red más amplia de Bogotá.
 

Con un plan de 30 Megas, que es el básico, no solo se puede navegar, consultar el correo y las cuentas de redes sociales, sino, además ver contenidos de video de alta definición en streaming, con lo que se puede acceder a servicios web como YouTube, Netflix o una gran variedad de canales ‘play’, cuyos contenidos se entregan a conveniencia del usuario.
 

Y todo ello no solo se aplica a un solo equipo, sino que una red de este tipo puede soportar hasta 15 aparatos entre PC, móviles, tabletas, Smart TV o cualquier otro que requiera navegar en la red mundial.
 

Pero no todo es internet. Gracias a la fibra también se puede soportar el tradicional servicio de telefonía fija, cuyos costos se han reducido al punto de ofrecer una solo tarifa sin importar el número de minutos usados. De hecho, hay operadores que ofrecen no aplicar cargos por llamadas a larga distancia.
 

También la popular televisión por suscripción tiene cabida en la misma conexión, con lo que se completa lo que se conoce como el ‘triple play’.
 

Las ofertas en este caso superan el centenar de canales de TV, junto con varios con señal HD y Premium, y la posibilidad de usar decodificadores de última tecnología, que graban hasta cinco frecuencias al tiempo con una capacidad total de 200 horas de video, con funcionalidades de retroceder hasta una hora o detener cualquier emisión en vivo para no perderse ningún detalle.
 

Todos estos grandes avances tecnológicos muy posiblemente nunca pasaron por la mente de la reina Victoria en ese primer mensaje trasatlántico. Pero hoy son una realidad y están al alcance de todos.