Gabriel E. Flórez G.
Coordinador editorial Vivienda
En Twitter: @GabrielFlorezG
 

Esta semana, refiriéndose a la situación de Bogotá y Cundinamarca, la ministra de Vivienda, Elsa Noguera, dijo que la oferta residencial es insuficiente para atender la demanda, que sigue en alza. Por eso, junto con la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) decidió sumar esfuerzos con el fin de impulsar la obra de 36.000 viviendas prioritarias y sociales nuevas. 
 

Unas horas después del anuncio, que tuvo como novedad la firma de un convenio con Sandra Forero, presidenta del gremio constructor, Fedesarrollo dio a conocer la Encuesta de Opinión del Consumidor (EOC), que destacó una recuperación en la disposición a comprar vivienda en el país en febrero de este año frente a enero pasado; incluso, respecto a febrero del 2016 también registró una mejoría (ver gráfico). 
 



 

Un resultado interesante, según el centro de estudios, si se tiene en cuenta que el indicador venía precedido de periodos consecutivos de deterioro. 
 

De esta forma, y en línea con la opinión de la ministra de Vivienda, en el sentido de que la gente tiene entre sus planes adquirir una casa o un apartamento, Bogotá reportó un balance de -15,1 por ciento que debe leerse como positivo si se tiene cuenta que en enero pasado había sido de -31 por ciento.
 

En total –sumando los resultados de Cali, Medellín, Barranquilla y Bucaramanga, que son las ciudades que analiza Fedesarrollo–, el indicador del segundo mes del año sobre la disposición a comprar vivienda se ubicó en -11,8 por ciento, un aumento de 8,9 puntos porcentuales (pp) respecto a enero y de 1,6 pp frente a febrero del 2016.
 

Las cifras en ese periodo muestran que el interés en la inversión se incrementó en tres de las cinco ciudades encuestadas; sin embargo, se deterioró fuertemente en Bucaramanga, con una reducción de 37 pp en la intención de compra.
 

Para algunos analistas, el mejor ambiente para la construcción, por el lado de la demanda, tiene estrecha relación con la viabilidad de más de 144.000 subsidios a la tasa de interés disponibles en el país hasta el 2019 que, precisamente, anunció la Ministra cuando firmó el convenio con Camacol. 
 

Y en lo relacionado con los constructores y el sector privado, el aspecto positivo tiene que ver con la política de vivienda que, aseguran, “es clara y respalda los proyectos en obra o a punto de iniciar construcción en todos los estratos, especialmente en el bajo y el medio, donde se está concentrando la demanda”.
 

En medio de la desaceleración que ha impactado a la economía del país, este entorno es favorable; no obstante, representantes del sector consideran que hay ajustes por hacer, no solo en Bogotá sino en todo el país. 
 

Por ejemplo, aún persisten algunos inconvenientes que están relacionados con la inseguridad jurídica y la tramitología que demoran los procesos, y que de seguir así no ayudarían a mover la oferta que quiere impulsar el Gobierno con la participación de los constructores (ver recuadro); de ahí, precisamente, los llamados del Gobierno.
 


 

Hay que revaluar trámites
 

Durante la reciente asamblea de Camacol, la presidenta del gremio, Sandra Forero, reveló que “los trámites y procedimientos son una fuente de inestabilidad. En promedio, se demoran cinco veces más (ver gráfico ‘Demoras...’)”. Incluso, anotó que “de 48 trámites mapeados la evidencia muestra que las demoras hacen inviables muchos proyectos y restringen el desempeño del sector”. El gerente del Grupo Oikos, Luis Aurelio Díaz, anotó que “uno de los temas más complejos en Bogotá, relacionado con los servicios públicos, tiene que ver con Codensa; es, quizás, uno de los que genera más tropiezos para la entregas de los inmuebles y los subsidios”, dijo. A esto le agregó las licencias de construcción y urbanismo en los municipios, y los englobes y desenglobes catastrales que son muy complejos (relacionados con el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, Igac).
 

El interés en la inversión se confirmó con las ventas
 

A pesar de la expectativa con la cual cerró el 2016, en enero pasado la cantidad de viviendas vendidas se incrementó 2,2 por ciento respecto al mismo mes del año pasado.
 

La oferta con precios entre 52 y 100 millones de pesos fue la que más se vendió en todo el país. 
 

En el caso de Bogotá, ese es el segmento al que le apuesta el convenio firmado esta semana por Minvivienda y el gremio constructor. Y en este rango, no solo en la capital sino en las principales regiones de Colombia, el número de unidades comercializadas aumentó 8,5 por ciento en el periodo analizado.
 

Según Camacol, “la política de vivienda tuvo un gran impacto en las decisiones de los hogares”. Eso, precisamente, dice el informe de Fedesarrollo.