Noviembre 2014 - El arquitecto Jaime Vascónez lidera desde la Universidad de Nueva York planes para ciudades en crecimiento. En Colombia ya eligieron cinco.

Santa Marta, Valledupar, Tunja, Yopal y Montería fueron incluidas por la Universidad de Nueva York en el listado de ciudades del mundo con un rápido crecimiento poblacional y, por lo tanto, con necesidades de ser intervenidas.

Según el arquitecto Jaime Vascónez, líder del programa de expansión urbana de esa institución, “hemos trabajado con los alcaldes y secretarios de planeación para mostrarles que ese tema (la expansión) es inminente y debe abordarse de manera prioritaria”. Vascónez habló del proceso.

¿Qué aportaron los dirigentes de las ciudades elegidas para contrarrestar el común cortoplacismo en la planeación?

A pesar de que los periodos de gestión de las administraciones locales no están a la par con los de la planeación, que suelen ser más amplios, hay aprendizajes pues entendieron que hay que ser flexibles para adaptar los cambios a la realidad local. Además, que la voluntad política es indispensable.

Las normas son algo complicado en el caso colombiano, ya que solo contemplan un horizonte de doce años para planes a largo plazo y esto no es suficiente.

¿Cómo encajan las ideas de cambio con la realidad local?

Por lo general, las autoridades y los funcionarios locales tienen una percepción clara de los problemas de su localidad e incluso, de las posibles soluciones.

Ahí entra nuestra mirada global y la asesoría técnica para facilitar los procesos de planeación que se adelantan localmente. Para ello surgió la elaboración inicial de los Planes de Acción Local para la Expansión Urbana (PALEU).

¿Cómo se debe actuar para controlar el crecimiento acelerado de las ciudades?, ¿de qué forma entran la construcción en altura y la renovación urbana en el proceso?

El fenómeno es global y en la mayoría de los casos el crecimiento es incontrolable pero no peligroso; al contrario, debe verse como una oportunidad.

Por ejemplo, la noción de que es posible impedir la expansión urbana es un paradigma generado en el contexto internacional.

La renovación urbana, el crecimiento en altura y muchas otras estrategias forman parte de ese paradigma y se han aplicado –con más entusiasmo que éxito– en ciudades de diversa magnitud y en contextos disímiles.

Esas políticas han tenido éxito en ciudades desarrolladas, con tasas de crecimiento poblacional muy bajas o localizadas en países de Europa o América del Norte que, incluso, en esas circunstancias no suelen beneficiar a los segmentos más pobres de la población.

Y en los países en desarrollo...

En las ciudades con explosivas tasas de crecimiento demográfico urbano y donde la mayoría de la población es pobre, la factibilidad de esas propuestas es más reducida. Si forman parte de políticas más amplias, encaminadas a restringir la disponibilidad de suelo urbanizable, pueden generar impactos negativos, pues a los más pobres se les coartan las posibilidades de acceder a una vivienda propia y bien localizada.

Pero es importante aclarar que los procesos de expansión ordenada no van en contra de la renovación urbana y del crecimiento en altura; por el contrario, buscan homologar estrategias para enfrentar de manera realista el crecimiento. ¿Hay más ciudades en los planes de la universidad? A las cinco mencionadas se sumarán Quibdó, Villavicencio, Cartagena y Buenaventura.

Sección Vivienda EL TIEMPO / Gabriel E. Flórez G.