La semana que termina dejó muchas noticias relacionadas con el sector constructor. 
 

Por ejemplo, el miércoles el Banco de la República aumentó la tasa de intervención a 7,50 por ciento y la gente empezó a preguntar si afectaba la hipotecaria. 
 

El mismo día, el Dane reportó un alza de 6,83 por ciento en los precios de la vivienda nueva en el primer trimestre del año, frente al mismo periodo del 2015, y de nuevo surgió el interrogante sobre si invertir vale la pena.
 

Con estas preguntas rondando entre los potenciales compradores de casas y apartamentos, este diario recopiló algunas respuestas que pueden guiar la inversión. 
 

En el primer caso, es decir, el alza de las tasas de referencia por parte del Emisor, es claro que el aumento no tiene un efecto inmediato en los préstamos hipotecarios.
 

Un estudio de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) demuestra que “la transmisión de estas sobre las hipotecarias actúa con un rezago y tiene efectos menos que proporcionales”. 
 

Otras variables
 

En el caso de los precios de la vivienda nueva, el incremento de 6,83 por ciento no dista de la inflación de 6,77 por ciento del 2015, lo que para algunos analistas forma parte de un ajuste sano.
 

El gerente de la firma Arquiplan, Óscar Gómez Villa, es uno de ellos. “Es sano que pase esto, ya que de lo contrario el mercado corría el riesgo de ‘reventarse’”, dijo.
 

En este escenario, el empresario y otros representantes del sector reconocen las acciones del Gobierno para incentivar la compra en todos los estratos a través del subsidio a la tasa de interés, con el fin de compensar eventuales riesgos para las personas que buscan vivienda y que, según estudios consultados, se siguen considerando como “un buen negocio”, a pesar de algunos reconocen que hay una desaceleración en la economía del país.
 

Aun así, la confianza de los hogares en la compra se mantiene, especialmente en los estratos medios.
 

Así lo advierte el Dane, que destacó una participación de 35,1 por ciento en el área aprobada para el estrato medio-bajo entre enero y abril del 2016, seguido del medio, con 21,1 por ciento, lo que permiten prever los segmentos a los cuales se les construirá en los próximos años.
 

A esto hay que sumarle un informe de Camacol que reveló que la venta de vivienda nueva aumentó 3,3 por ciento en el mismo periodo, frente a igual lapso del 2015.
 

Incluso, la reciente Encuesta de Opinión del Consumidor de Fedesarrollo destacó que la intención de compra de la oferta residencial se recuperó, a pesar de estar en terrenos negativos: pasó de -8,2 por ciento en abril, a -7,4 en mayo.
 

Los pasos para tomar una buena decisión
 

Al comprar vivienda, lo primero que se debe tener en cuenta es algo aparentemente obvio, pero que a veces se omite: proyectar el presupuesto para que al adquirir un crédito hipotecario, las cargas mensuales no superen la capacidad de pago.
 

Por eso, vale recordar que por ley la primera cuota del préstamo no puede ser mayor al 30 por ciento de los ingresos familiares.
 

También están los sistemas de amortización. Al respecto, la Guía de crédito para vivienda de Asobancaria explica que existen el sistema en pesos –con cuota fija– y el de Unidad de Valor Real (UVR) –que se mide con la inflación–.
 

Cada uno tiene distintas modalidades, con pagos que se comportan diferente en las cuotas iniciales, intermedias y finales. Lo importante es tener claro que la idea no es apostarle necesariamente al mayor préstamo posible, sino al que sea más apropiado para la situación financiera del comprador.
 

A esto hay que sumarle –además de los tradicionales costos de registro, escrituración y hasta mudanza– otros compromisos mensuales de la adquisición de un inmueble, cuando se rige por el régimen de propiedad horizontal (Ley 675 del 2001).
 

La norma dice que “los reglamentos de las unidades inmobiliarias cerradas establecerán cuotas periódicas de administración y sostenimiento a cargo de los propietarios”. Por lo tanto, deben sumarse a la lista de obligaciones.
 

Finalmente, otro punto para recordar es que con base en el estrato se determinarán las tarifas de los servicios públicos.
 

Más concejos de inversión
 

La ubicación del inmueble es clave. En lo posible, que esté cerca del trabajo, de las rutas de transporte público y de vías de acceso.
 

La trayectoria de la compañía constructora hay que evaluarla.
 

Las licencias de construcción deben estar aprobadas en una curaduría urbana o en las oficinas de planeación, según el caso.
 

Hay que saber si se realizaron los estudios de suelos, que tengan póliza de riesgos y si es posible ver los planos.
 

El inmueble debe cumplir con los requerimientos de la Norma Sismo Resistente (NSR-10).
 

Redacción EL TIEMPO  Sección Vivienda