Apenas se graduó como ingeniero civil en la Universidad Nacional, en el 2003, el colombiano Carlos Turizo empacó sus maletas y viajó de Medellín a Estados Unidos a hacer una maestría. Durante nueve años fortaleció su oficio en varias compañías de ese país, hasta que en el 2013 la firma DeSimone lo incluyó en su grupo de profesionales. 
 

Con el bagaje que da estar en una empresa de esa talla, con proyectos de gran magnitud en varios países desde 1969, la necesidad de transmitirle lo aprendido a una nueva generación de ingenieros le hizo plantear la idea de regresar.
 

Eventuales viajes a su ciudad –Medellín– hicieron que se encontrará con varios jóvenes soñadores, muy convencidos de ser capaces de todo. Entre ellos, muchos como aquel Carlos Turizo que en el 2003 viajó a Estados Unidos a hacer realidad sus proyectos. 
 

“¿Si yo pude hacerlo, por qué no aprovechar a los nuevos ingenieros que tienen tanto talento?, me preguntaba diariamente hasta que un día decidí entrar a la oficina del presidente de la firma para proponerle la apertura de una sede de la compañía en la capital de Antioquia”.
 

La idea fue bien recibida y tras la presentación de un plan para sustentarla, en mayo del 2014 la abrimos”, recuerda Turizo, quien asegura que luego de ese logro lo que ha hecho es impulsar el entrenamiento de jóvenes ingenieros, principalmente de Medellín, Manizales y Bogotá. 
 

Obras complejas
 

“Estamos fortaleciendo la educación de una manera más organizada y especializada porque, de hecho, las obras en las que interviene DeSimone son muy complejas”, anota.
 

Basta citar construcciones en EE. UU., como la expansión del Mall Aventura en Aventura, Florida; el One Thousand Museum en Miami, o el Hospital Militar Zayed en Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos) para entender la magnitud de lo que hace la compañía, precisamente, con el valor agregado de que Turizo es artífice de la presencia de los ingenieros colombianos en ellas. 
 

Pero, ¿qué hay planeado para Colombia? Sobre el tema explica que construyeron algunos puentes en Medellín y un edificio por encargo de la Universidad Nacional de esa ciudad. Sin embargo, considera que el plan inicial de reunir más talento del país todavía está en proceso y es el que más ocupa a DeSimone por ahora. 
 

“Comenzamos con cinco ingenieros y ya tenemos veinte, pero la idea es contar con un equipo de cuarenta en un par de años”. 
 

A este plan le agrega otro que trabaja paralelamente: la consolidación de la empresa en Colombia, tarea encomendada a la joven ingeniera Diana Acosta, quien asegura que con esto fortalecido, no será raro que el sello de la compañía se empiece a ver en el país a través de proyectos de la talla del Fisher Center, Bard College, del arquitecto Frank Gehry en Nueva York, o del Regent Emirates Pearl Hotel, de Dennis Lems Architects en Abu Dhabi, entre otros.
 

Como parte de esa labor, Acosta explica que el objetivo es tener como base de la compañía a Colombia y desde el país crecer en América Latina.
 

También verdes
 

En la agenda de DeSimone también está la apuesta por las construcciones sostenibles, en línea con los estándares que traza la certificación estadounidense Leed que se entrega a este tipo de obras. Igualmente, anota Turizo, “queremos incursionar en el desarrollo urbano a través de las Asociaciones Público Privadas (APP) y, de esta manera, proponerle una ayuda al Gobierno para manejar sus iniciativas de una mejor forma. 
 

“Obviamente, esto incluye más planes para Medellín, donde está nuestro equipo, e ir aumentando la presencia en línea con lo que busca nuestra matriz de Nueva York en otras regiones”, enfatiza el ingeniero, que destaca cómo está llegando la inversión extranjera. 
 

“Hemos demostrado que en el país se pueden hacer las cosas bien y por eso las oportunidades ya se están dando”.
 

Reinventar la ciudad
 

“Medellín, donde está la oficina de DeSimone, está atrayendo mucho turismo, lo que está ligado a la necesidad de hacer nuevas y mejores construcciones”, asegura el ingeniero Carlos Turizo, quien agrega que ya se ven estructuras con arte, pero también una creciente necesidades de innovar.
 

“Esto significa inventar la ciudad de forma sostenible y medioambiental, y para eso nos hemos preparado”. 
 

Redacción: Gabriel E. Flórez G. / Coordinador editorial Vivienda EL TIEMPO