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Comienza un nuevo mes y con este, el segundo semestre del año en el que la mayoría de los renglones de la economía del país tienen puestas sus esperanzas. Y la construcción no es la excepción.
 

Así lo demuestran los comentarios de algunos constructores, quienes coincidieron en que “históricamente, la segunda etapa de cada año siempre es mejor”. Ojalá las previsiones estén en línea con el optimismo que, reconocen, aún es moderado. 
 

Por eso, el ‘Cierre de tejado’ de junio está relacionado con esa noticia, que para la mayoría de las personas vinculadas al sector se traduce en un motivo para volver a creer.
 

Y es que los indicadores no han sido nada alentadores. Así lo confirmó Asobancaria en su ‘Semana económica’: “Al mal desempeño del sector de la construcción en términos de generación de valor agregado se le suma la moderación en las ventas de vivienda nueva y en los desembolsos hipotecarios, particularmente para la oferta nueva de más de 100 millones de pesos”.
 

En efecto –agrega Asobancaria–, “las ventas de vivienda nueva se han desacelerado de manera continua desde febrero del 2017, con mayor fuerza en ese segmento, conocido como no VIS. Los desembolsos, en este escenario, también se han venido desacelerando desde ese mes, incluso, a una velocidad mayor que la que exhiben las ventas de vivienda nueva”.
 

Por eso, en este entorno la reacción del Gobierno con la destinación de un billón de pesos para respaldar esos cupos no pudo ser mejor, porque impulsará en el 2018 y en el 2019 la construcción y la compra de vivienda en un segmento al que desde hace un par de años le apuesta con fuerza: la clase media que, además, representa el 50 por ciento de las ventas en el país.
 

De esta manera, los compradores de este estrato tendrán el beneficio de un subsidio aproximado de 400.000 pesos de la cuota mensual, durante los primeros siete años del crédito. Algo que tendría un mayor impulso por la forma cómo se ha logrado contener la inflación y, de paso, por el compromiso de la mayoría de los bancos que se le han apostado a bajar las tasas de interés. 
 

Sin embargo, para que la buena noticia esté completa, ahora la expectativa está puesta en la celeridad con que se tramite la respectiva reglamentación que permita mover, desde el segundo semestre, los 40.000 cupos con los cuales se espera reactivar el sector en los próximos dos años.