Tras una campaña para crear un registro de arquitectos en el país, el Consejo Profesional Nacional de Arquitectura y sus Profesiones Auxiliares (CPNAA) ya suma 63.632 arquitectos matriculados y 3.058 que pertenecen a disciplinas afines. 
 

Paralelamente, ha desarrollado estrategias para regularlos con el fin de que, ante cualquier falla, las personas que opten por sus servicios tengan una garantía.
 

Para ello, precisamente, el CPNAA expide la matrícula que los certifica como miembros legales de la organización y frente a la ley. Es decir, no basta con graduarse, sino que también es necesario tener este documento para ejercer.
 

Según el arquitecto Flavio Romero, quien pertenece a la junta directiva del Consejo, este número de inscritos confirma la necesidad de tener a este grupo más formalizado.
 

Otro aspecto para destacar es la cercanía que el CPNAA quiere tener con quienes acuden a los arquitectos para realizar cualquier obra. Sin embargo, como pueden surgir inconvenientes, el directivo sugiere denunciar cuando el caso lo amerite. 
 

Las recomendaciones
 

Al consultarle cuáles son los problemas más comunes, Romero reveló que es la contratación. “Aunque el contrato puede ser verbal, es recomendable que sea escrito; allí, se deben precisar los alcances, los valores y la forma de pago”, señaló Romero.
 

Y es que muchas veces el lenguaje técnico puede generar malentendidos; de ahí que se sea mejor pactar los negocios con un documento que le quede a las partes.
 

Precisamente por eso, ante cualquier inconsistencia o falta de ética, la ley le da la potestad al Consejo de vigilar y sancionar a quienes ejercen la profesión.
 

Al respecto, Romero señaló que desde que empezó a funcionar el CPNAA, en 1999, ha realizado 1.222 investigaciones, mientras que en lo corrido del 2016 se han radicado 24. A estas, el directivo les sumó 359 procesos en curso.
 

“Como anotamos anteriormente, se concentran, especialmente, en los contratos que no se hacen por escrito, la mala calidad de las obras que generan conflictos entre los clientes y los arquitectos, los derechos de autor y falencias en los trámites de las licencias de construcción”, explicó Romero.
 

Dependiendo de la situación, si es el caso, un profesional pueden ser amonestado o sancionado. Incluso, le pueden eliminar la matrícula y, por consiguiente, tendrá un impedimento para ejercer.
 

Por otro lado, el directivo recalcó que cuando se busca un arquitecto hay que mirar la idoneidad. Hay algunos que son expertos en diseños, pero no necesariamente son buenos para ser constructores, y así con otros campos como avalúos, o realizar planes de ordenamiento territorial (POT), o los especializados en restauración del patrimonio.
 

“El CPNAA está abierto para atender a las personas, incluso, si requieren un profesional de ciertas características para un proyecto. Además, les aseguran que no tenga sanciones ni ningún problema”, concluyó.
 

Vale recordar que esta entidad es distinta a la Sociedad Colombiana de Arquitectos. Esta última es una sociedad civil sin ánimo de lucro, sin las potestades que le confirió la ley al CPNAA.
 

Fuente: Sección Vivienda EL TIEMPO